Casi un año sin entrar a este blog! Mucho, mucho tiempo. Será que para esta fecha ( el cumple de mi hija mayor) revivo todo de nuevo y ME HACE BIEN! Este año puede decir que lo revivo más entera
Por ahí entre mis anotaciones encontré algo escrito por mí hace como 9 meses atrás que no sé porqué no publiqué. Quizás me pareció que no era adecuado para el blog, qué se yo! Pero después de todo, si habla de "Cosas de tías" tenía que ponerlo..
Cosas de tías...
El sábado, estaba preparando una papilla para Isabella ( Bella), mi sobrina más chiquita, cuando me acordé que mi tía Dora, de la que les hablé la otra vez, siempre me preparaba esa papilla de almidón y me decía "¡Comé todo que en el fondo del plato hay una sorpresa!"...Cosas de tía.
A mis primas les hacía lo mismo, y terminábamos tragándonos todo el plato. Nos decía"Está que en tu alma!" Nunca entendí la frase pero daba el resultado que ella esperaba: EL plato quedaba vacío ¡Y si! Sí es verdad que la comida hecha con amor es más rica. Sino pregúntenle a Isabella si estaba rica la papilla...
Después de una tarde con Bella, como le decimos, me puse a hacer órden. Y entre los "recuerdos" porque todos los dibujitos que me regalan mis hijas y mis sobrinas de sangre y de corazón me los guardo en una bolsa, pero ésta estaba que explotaba (eso es muy lindo!), entonces tuve que ordenarlos.
Mirando y recordando con alegría y un poco de nostálgia por ver lo rápido que crecen, encontré uno muy especial: Una cartita que Abril le dejó a su prima. Son esas cosas que van pasando por la vida y, sin darnos cuenta no sabemos que quizás el día de mañana se pueden transformar en muy valiosas. En esa tarde que se lo hizo, yo podría haber juntado la mesa y, junto con las migas de las galletitas que comimos, tirarlo a la basura. Pero no, son esas cosas de tías, que hizo que lo guarde. Qué bueno haberlo guardado así! En esta época en donde todo queda más registrado en las redes sociales más que en un papel, esa cartita es una reliquia!
Tendrían que haberle visto la carita a mi hija cuando se lo mostré. Estaba feliz de tener algo de puño y letra de su prima. Fue como si se lo hubiese mandado desde el cielo...
Hace unos días se cumplió un año de la partida de Abril. Ya desde el cumple de mi hija que venía recordando momento por momento cómo habían sido esos días. El cumple de mi mamá, el de mi hija, verla en ambos llegar agitada; la llamada contándome que estaba internada en terapia intensiva y esa sensación de que una ola enorme me cubría; inmediatamente su llamada. Si! ella me llamó desde terapia intensiva para que yo me quede tranquila. Oramos y decidimos confiar en que los planes de Dios eran mejor que los nuestros.
Después las visitas, la habitación 302 de esa clínica coqueta de Belgrano, ese ascensor y ese olor a clínica que aún hoy prefiero no volver a sentir. Verla sufrir cada vez que la pinchaban y ¡cómo se la aguantaba! Sostenerle la cabeza para vomitar porque su cuerpo no tenía la suficiente sangre oxigenada como para digerir la comida, verla desesperarse porque por momentos no sentía la pierna izquierda. Y la noche que nos quedamos riéndonos y charlando hasta la una y media de la madrugada que se durmió feliz agarrada de mi mano y amaneció contenta que yo estaba ahí para cuidarla. La noche que la depilé y bañé ¡Cómo nos reímos con ella y Camila de esa situación! Si, no era para reirnos pero Abril era muy sarcástica y muy cómica. La habitación tenía una cámara que la filmaba constantemente. Imagínense yo ahí frente a la cámara bañándola. Ella con 16 años, era para llorar, de hecho muchas veces lloraba por verse así, pero ella en cambio se reía de que la cámara nos filmaba.
Bueno y esos recuerdos. Todos, todos los recuerdos como una catarata que van apareciendo día a día a medida que se repetía la fecha, la hora. Y finalmente el día que se fue, cada segundo de ese día me acuerdo. Leer el monitor que saturaba el % 17 de oxígeno, sus últimas palabras "Tía quedate en paz, estoy bien", su paz. Y después el caos. El caos en mi mente, no poder mantenerme en pie y bueno, qué voy a contar. Cualquiera que me conoce no me hubiese reconocido. Esa sensación de que mi cerebro está procesando un "archivo" demasiado pesado que vuelve y vuelve hasta poder instalarlo por completo.
Ufff¡Cómo costó escribir esta página! Hace varios días que la vengo "rumiando", pero acá está.
No cuento esto para angustiar a nadie. Al contrario, como dice mi amiga, es un gran recurso el poder escribir, así , a mi manera, pésimamente pero con el corazón. Este año el dolor me acercó a mucha gente hermosa que sufrió mucho por distintas cosas que le tocó vivir, y mi experiencia les sirvió. La verdad que es un buen recurso ponerse a escribir. A mi me gusta escribir como contándole a alguien y para mí ese alguien es jesús, que, aunque vivió todo esto conmigo y no necesita que se lo cuente para saber, yo necesito entregárselo para que me ayude a "descargar" ese archivo pesado¡ Él es especialista en eso!
De todos modos, ser tía sigue siendo mi parentezco preferido. A pesar que soy mamá y amo a mis hijas, obviamente son lo más hermoso que tengo, pero el "tiazgo" es algo que me fascina aún más. Quizás por la libertad de amar sin tapujos, me refiero, a no tener responsabilidades mayores. Me resulta hermosa la relación que se da. Quizás tenga las mejores sobrinas del planeta. Si! sin duda me tocaron a mi. Para ellas soy la mejor tía. Me escuchan, me cuentan, se dejan aconsejar e influenciar, siguen mis pasos y me aman.
Doy gracias a Dios por ellas y por el lugar que ocupo en sus corazones y en sus vida. Gracias porque tengo sobrinos que viene en varios "envases" ¿Envases? ClarO! Porque son de varias edades; Sobrinos de sangre y de corazón, tengo unos sobrinos brasileños preciosos y también tengo una sobrina que me ama desde el cielo.
Es estos días que no escribí, me di cuenta que hay muchas cosas de tías que tengo guardadas (mi hermana dice que las tengo atesoradas) en mi corazón: Hay canciones de tías, hay cuentos de tías, hay historias bíblicas de tías (cuando digo tías digo de la tía Lily (yo) que fui pasando a mis sobrinos. Más adelante voy escribir sobre éstas cosas
Isabella que además de papilla adora venir a casa para comer el cereal de colores ( como todos mis otros sobrinos)
Abril y yo la última vez que vino a casa, para el cumple de su prima.